El hexágono es el símbolo de la contención, de lo que atrapa. Contiene el mensaje de la tríada: estructura-función-orden como lo apunta el matemático M. Schneider. El doble hexágono crea un dodecágono. Un nudo hexagonal es más fuerte que cualquier otro. El empaquetamiento hexagonal incorpora más círculos en la misma área que el empaquetamiento en cuadrados. Mientras las simetrías pentagonales únicamente se encuentran en las estructuras vivas, el hexágono se manifiesta naturalmente tanto en las formas vivas como en las no vivas. Los alvéolos pulmonares tienen forma de red hexagonal y la estructura molecular de la celulosa de la madera tiene la misma forma. Los cristales de cuarzo son de simetría hexagonal y poseen la característica de ser piezoeléctricos o de tener un comportamiento electromecánico, es decir, traducen la presión en electricidad y la electricidad en pulsos mecánicos. La estructura molecular del agua es hexagonal, como pudo fotografiar Masaru Emoto.

En la práctica del Biomagnetismo, hay una mejor distribución uniforme del campo magnético: La forma hexagonal permite una distribución más uniforme del campo magnético en comparación con formas más convencionales como el redondo o rectangular. Esto puede ser beneficioso para asegurar que el campo magnético afecte de manera equilibrada las áreas tratadas.

El biomagnetismo se ha venido utilizando colocando el Polo Positivo del imán en la zona izquierda del cuerpo y el Polo Negativo en la derecha, impactando con un sólo iman en cada punto del par biomagnético. Según han ido avanzando los estudios, pruebas e investigaciones, se tiende a impactar cada vez más en cada punto de los pares biomagnéticos con doble polaridad, es decir, con el polo positivo y negativo a la vez, consiguiendo así un mayor efecto terapéutico.